Por qué escuchar música alta puede afectar al aprendizaje infantil

Por qué escuchar música alta puede afectar al aprendizaje infantil

La música alta puede incidir negativamente en la audición de los pequeños, pero además puede afectar directamente a sus procesos de aprendizaje. A continuación revisamos todos los riesgos de escuchar música alta para los niños y revisamos por qué el escuchar música a volúmenes elevados puede afectar al aprendizaje infantil, según los profesionales.

La música alta y el aprendizaje en los niños

Si bien todos intuimos que escuchar música alta de manera continuada durante largos períodos de tiempo no es bueno para los niños ni para los adultos, cabe reseñar que cada vez existen más investigaciones que vienen a confirmar que escuchar sonidos muy altos durante períodos cortos o largos y sonidos altos durante largos períodos de tiempo perjudica la audición. Muchas de estas investigaciones no se centran en los niños ni estudian las repercusiones que escuchar música alta puede tener para los pequeños, pero en la actualidad encontramos también nuevas investigaciones y estudios científicos que sí vienen a señalar que la música y los sonidos elevados para los niños, durante la fase de crecimiento, no sólo afectarían de manera directa al oído o la audición de los pequeños, sino que además pueden incidir directamente en sus mecanismos de aprendizaje y en su memoria.

Escuchar música alta puede producir, según estos estudios, alteraciones de la audición, alteraciones a nivel endocrino y alteraciones cardiovasculares. Del mismo modo, los sonidos y la música muy potente también pueden llegar a provocar estrés y cambios morfológicos a nivel cerebral, los cuáles han sido detectados en varias investigaciones realizadas con ratones.

Por qué afecta la música alta al aprendizaje infantil

Según estos estudios, algunos de los cuáles fueron realizados por científicos del Centro de estudios Botánicos y Farmacológicos de la Universidad de Buenos Aires ubicada en Argentina, después de dos horas de exposición continua a ruidos fuertes de entre 95 y 97 decibelios, lo cuál se encuentra por encima del umbral de entre 70 y 80 dB que establecen como seguro las autoridades sanitarias para proteger la audición, fue posible detectar daño celular en el cerebro de los ratones. En este punto, es sorprendente tener en cuenta que un concierto de música suele contar con unos 110 dB, muy por encima del umbral saludable y que en la mayoría de casos, los niños se exponen a música alta a un volumen superior con los cascos de música o cuando escuchan música en cualquier otro equipo de sonido.

Según estos expertos, las alteraciones mencionadas afectan a la zona del hipocampo, una región especialmente importante del cerebro, ya que se asocia tanto con los procesos de aprendizaje como con la memoria, con lo que es bastante lógico intuir que estos sonidos podrían afectar de la misma manera a los humanos en edad de aprender o en etapas de desarrollo, como los niños. En estos casos los ratones, que cuentan con un sistema nervioso similar al de los humanos, tenían unas edades equivalentes a entre los seis y los veintidós años en las personas.

Así, como evidencian estas investigaciones, el nivel de ruido y la música alta a la que se exponen niños y jóvenes podría causar a largo plazo grandes déficits de memoria y en la atención. Ahora bien, estos autores también recalcan que estas conclusiones deben aplicarse en los pequeños con precaución, ya que son experimentos que no pueden realizarse con personas por su propio bien, para proteger su salud.

Desde https://zococity.es/ nos recuerdan la importancia de seleccionar siempre con cuidado nuestros dispositivos de audio y de hacer un uso eficiente de estos para minimizar estos riesgos, enseñando desde pequeños a los niños a utilizarlos de manera eficaz y segura para prevenir estos tipos de problemas auditivos y cognitivos que pudieran derivarse de escuchar música o sonidos altos durante un tiempo prolongado sin ningún tipo de protección.

Por otro lado, los autores de este estudio, que fue publicado en la revista “Brain Research”, evidencian que es posible que ante diferentes estímulos prolongados a música alta sería posible que el cerebro humano pudiera ir reparando sus propias lesiones, si bien resulta complicado el establecer conclusiones claras, porque las investigaciones realizadas simplemente se basaron en el uso de ruido blanco con todas las frecuencias de sonido, lo cuál no es equivalente a escuchar música alta.

Ahora bien, las conclusiones finales que los expertos extraen de este tipo de investigaciones son que la fragilidad neuronal de los seres humanos en sus primeras etapas de desarrollo no parece estar preparada para exponerse a esos ruidos, sonidos y música tan fuerte, con o que resulta fundamental proteger a los pequeños y ayudarles a exponerse a los sonidos de manera responsable para evitar contratiempos.

El desarrollo de la audición en niños y bebés es un proceso especialmente complejo que debe tratarse con cuidado y protegerse, ya que este tipo de interferencias con música alta y sonidos fuertes podrían llegar a causar daños en el cerebro de los niños que perjudicarían e impedirían en gran medida un aprendizaje normal y acorde a su edad. En conclusión, la música puede ser beneficiosa para bebés, adultos y niños, pero siempre a un volumen controlado y seguro.

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